martes, 11 de marzo de 2014

Serenidad...

"La vi quitarse los zapatos, deshacer los cordones que la mantenían atrapada, atada, encerrada. Vi urgencia en sus movimientos, en cada giro de sus dedos para dejar caer su chaqueta.  
En cuanto sus pies tocaron el suelo mojado, sus dedos se doblaron y permitieron a cada poro sentir el frío y la humedad.  
La lluvia volvía a caer sobre nosotros, pero desde el primer momento en que ella sintió la libertad, las gotas empezaron a calar en su pelo, en su ropa y en su mirada.  
Una mirada de la que ya no se diferenciaban las lágrimas, donde todo se entremezclaba, donde ya no sabía qué era real.  
Algo se había apoderado de ella. Una idea, una sensación, un pensamiento que había entrado en su mente como la brisa a través de su pelo.  
Empezó a avanzar con pequeños pasos hacia el interior del bosque donde, con los ojos cerrados y una expresión de calma, echó su cabeza hacia atrás y disfrutó de la lluvia sobre su rostro. Dejándose envolver por una sensación de pura serenidad.  
Ese día, la vi enamorarse de la vida y por primera vez, la vi a Ella"
 -Guardianadelibros-

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