El Valle del Asombro

Amy Tan es la reina indiscutible de las grandes historias de mujeres y uno de los nombres más destacados del panorama literario mundial desde que su novela El Club de la Buena Estrella se convirtiera en un libro de referencia en todo el mundo. 

Tras siete años sin publicar, ahora vuelve con su novela más esperada, El Valle del asombro, en la que de nuevo trata algunos de los temas que la han hecho conocida en todo el mundo: el intercambio entre generaciones y culturas, la relación entre madres e hijas de la comunidad china en EEUU, y unas protagonistas -siempre mujeres- fuertes y memorables. 

El fabuloso universo de Tan se hace ahora aún más grande con El valle del asombro: una historia entre Shangai y San Francisco en los combulsos años comprendidos entre 1890 y 1939, cuando tres generaciones de mujeres se enfrentarán a sus raíces y a su futuro. Una historia ambientada en el mundo de las cortesanas de lujo de una ciudad visagra entre dos culturas e inspirada en la abuela de Amy Tan. 

Amy Tan ha vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo y sus obras se han traducido a cuarenta idiomas. 

El Valle del Asombro es una novela extraordinaria que recrea épocas fundamentales de la historia de China: la caída del Imperio y los comienzos de la República; las relaciones entre orientales y occidentales; el floreciente Shanghái del primer tercio del siglo XX; y el legendario mundo de las casas de cortesanas, una auténtica institución de la vida china que desapareció tras la Segunda Guerra Mundial. 

La novela explora un tema recurrente en la obra de Amy Tan: las relaciones familiares, especialmente las que se establecen entre madre e hija, y las asombrosas implicaciones que la vida de los antepasados puede tener sobre la de las generaciones posteriores. 

El valle del asombro es una historia apasionante que envuelve al lector desde las primeras páginas, arrastrándolo a un maravilloso torbellino narrativo lleno de magia, emociones y acción.

Cuenta Amy Tang en su página web (www.amytan.net) que en uno de sus viajes a Shanghái, realizó una visita al Museo de Arte Asiático y se compró un libro sobre cortesanas. En él descubrió una foto de las Diez Bellas de Shanghái. La imagen le impactó fuertemente debido a que ella conservaba una foto de su abuela vestida de manera idéntica a esas muchachas. 

Empezó a fantasear con la idea de que su abuela hubiese podido ser cortesana. Sin embargo, sus investigaciones en torno a la historia familiar desecharon por completo esta hipótesis: la abuela de Amy Tan era una hija muy querida por sus padres y la familia gozaba de una buena posición económica. En realidad, las cortesanas marcaban la moda de la época, y las jóvenes más atrevidas emulaban su forma de vestir. De modo que la explicación más probable al enigma de la imagen de su abuela con atuendo de cortesana es que se hubiese vestido así simplemente para hacerse la foto. 

Sin embargo, este hecho la empujó a abandonar el libro que estaba escribiendo en ese momento para embarcarse en la historia de una cortesana, vagamente inspirada en la figura de su abuela, aunque con unas características que no tenían mucho que ver con ella. 

Violeta, la protagonista, lleva en sí dos herencias, la oriental y la occidental, al igual que la propia autora. Ella explica que desde el principio quedó atrapada en una historia que a fin de cuentas le toca de cerca porque, según afirma, “todo lo que escribo está basado en mis obsesiones personales. (…) La historia no habla de mí, pero mis temas sí están siempre presentes en ella. Lo que hago es retomar esos temas y recrearlos en mi imaginación”

Amy Tan nació en Oakland, California, en febrero de 1952. Era la segunda hija del matrimonio formado por John y Daisy Tan, que habían emigrado a Estados Unidos procedentes de China a finales de los años cuarenta. La pareja ya tenía otro hijo, Peter, nacido en 1950, y posteriormente tuvieron un hijo más, John, nacido en 1954. El padre era ingeniero electrónico y también pastor baptista. Su madre, por su parte, tenía un pasado misterioso, incluidas tres hijas en China y una madre -la abuela de Amy- que se había suicidado cuando Daisy tenía tan solo nueve años. 

La familia pertenecía a un reducido grupo social llamado “El Club de la Buena Estrella”, formado por familias emigrantes que, siguiendo la estela del sueño americano, jugaban en bolsa. Sus padres pusieron grandes expectativas en su única hija. Deseaban que fuese médico y pianista (hizo estudios de piano durante 15 años). Pero ella se sentía más atraída por el mundo del arte. Por aquellos años, renegaba de sus raíces asiáticas y se sentía aislada. “Me avergonzaba ser diferente y me avergonzaba, también, tener este sentimiento”, ha declarado en alguna ocasión. 

Cuando tenía 15 años, su padre y su hermano mayor murieron de un tumor cerebral con seis meses de diferencia. Para escapar de la tragedia, Daisy se traslado con sus dos hijos a Montreux, Suiza. Este cambio provocó la rebeldía de Amy, quien encontró refugio en un novio de vida desestructurada. A los 16 años, Amy fue arrestada por posesión de drogas y posteriormente puesta en libertad. Un año más tarde, los tres regresaron a San Francisco. 

Pronto consiguió una beca para estudiar en el Linfield College, en Oregón. En 1970 conoció a Lou Demattei en una cita a ciegas y ya no se volvieron a separar hasta el día de hoy. Obtuvo con honores una doble licenciatura en Filología inglesa y Lingüística, y consiguió un Master en Lingüística por las Universidades de California y San José State University en 1974. También comenzó sus estudios de doctorado en UC Berkeley, pero lo abandonó tras el asesinato de una compañera en 1976 y comenzó a trabajar con niños discapacitados como especialista en desarrollo del lenguaje, dirigiendo más tarde un proyecto para la enseñanza pública con niños multiculturales. 

El 1981 comenzó a trabajar como freelance, elaborando textos para empresas per- tenecientes al campo de las telecomunicaciones, tales como AT&T, IBM y Northern Telecom, entre otras. 

En 1985, en un intento de encontrar un mayor sentido a su vida, empezó a escribir en su tiempo libre. Asistió a un taller de literatura en la Squaw Valley Community of Writers. En él conoció a la escritora Molly Giles, quien le dio una serie de consejos sobre un relato que Amy había escrito, plagado de puntos débiles, que tenía demasiados comienzos de distin- tas historias. Las acertadas sugerencias de Giles lle- varon a Amy a la publicación de su primer libro El Club de la Buena Estrella, en 1989. El libro fue un éxito a nivel mundial. Posteriormente, fue co-productora y co-guionista con Ron Bass en la adaptación de la novela al cine. La película fue nominada para Mejor Adaptación por la British Film Academy y The Writers Guild. 

Entre las actividades de Amy Tan figura, además, el de Consultora Creativa de Sagwa, serie infantil de TV que fue nominada a los Emmy. Sus ensayos y relatos aparecen en numerosas antologías y libros de texto, y son considerados de lectura obligada en muchos colegios y facultades. También ha pronunciado conferencias en universidades de todo el mundo, entre 

las que se encuentran las de Stanford, Oxford, Jagellonium, Beijing, Georgetown y Doha. 

Los 15 años de piano le fueron de utilidad cuando escribió el libreto de la ópera The Bonesetter’s Daughter, de Stewart Wallace, cuyo estreno mundial tuvo lugar en San Francisco, en 2008. Dentro del ámbito musical, Amy Tan también forma parte del grupo musical The Rock Bottom Remainders, compuesto, entre otros, por escritores como Stephen King, Dave Barry y Matt Groening, creador de Los Simpson. Sus actuaciones han conseguido reunir una cifra próxima a los dos millones de dólares destinados a programas de alfabetización. 

La actitud reticente hacia sus raíces chinas que caracterizó su juventud se ha transformado con el tiempo en una fascinación por el país de sus antepasados, que actualmente visita cada año. Amy Tan está casada desde 1974 con Lou DeMattei, abogado fiscal jubilado.