"Puntos luminosos van apareciendo
entre los árboles.
Creando nuevas constelaciones
ante mi.
Ojos que parecen cientos,
clavados en mi mirada,
alrededor de esta oscuridad que se siente,
densa y que atrapa.
Siento un cosquilleo en mis pies,
con la luz de la luna colándose entre las hojas y las ramas,
buscando un camino
para dejarme vislumbrar un movimiento...
un giro.
De fondo,
un susurro constante,
de raíces que se mueven,
que se arrastran por el suelo.
Mientras siento
la rigidez de mi cuerpo.
Luciérnagas danzando a mi alrededor,
envolviéndome en un abrazo.
Crujir de la madera, tensión.
Una postura forzada,
esto ya no me parece una ilusión.
Mi cuerpo se gira, hacia la luna
y mis pulmones luchan una vez más.
Cuesta respirar.
Mis fuertes latidos retumban en el bosque,
pidiendo auxilio.
Una llamada sin destino...
La brisa sopla,
pero mi pelo no se agita,
si no son ramas,
que dejan caer hojas a su antojo.
Demasiado muda para llamar,
demasiado inmóvil para luchar.
Me han convertido en una más"
- Guardianadelibros-
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