"Como bien dijiste una vez,
yo tampoco soy persona de despedidas.
Soltar tu mano,
una hora,
la estación,
la soledad.
Tomando un tren a ninguna parte,
pasando a la incomprensión del
mundo en tu ausencia.
Como una huella dejada en mi alma,
que te buscará desesperada,
entre las sábanas y tristes habitaciones
cubiertas de polvo en mi casa,
que mitigará mi dolor y esconderá tu olor,
tus palabras y esa mirada clavada en mi mente,
a la que tantos secretos la mía revelaba.
Como una melodía que atrapa las notas,
como una lluvia que empapa las hojas.
Las despedidas son un pilar más,
de esta ya no monótona vida.
Y se que ya solo tocará una vez más,
soltar tu mano,
una hora,
la estación,
la soledad"
-Guardiana de Libros- (Sara)
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