Hola, vengo a hablaros sobre un libro que ha salido ya a la venta llamado: "La orden de Tanhwar" de Francisco Villarrubia
"Todo lo que evoluciona atraviesa sin remedio cuatro Edades: nacimiento, maduración, apogeo y destrucción. Las personas, las civilizaciones, y hasta el propio universo, obedecen a dicha ley”.
Lahe Kokkuar, un muchacho encerrado por su madre desde la infancia para evitar que fuera convertido en wdraki, la orden de guerreros que custodia desde la Época sin Historia las espadas forjadas con Tanhwar, descubre una sociedad nueva, el Wurm kka Ezyack.
“¿Acaso tiene alma un wdraki? Pero entonces… ¿cuándo la pierde?”.
Extrañas criaturas del subsuelo medran ahora por la superficie; la peste gris diezma a la población; seres extraordinarios, incluso los propios dioses, se implican en el devenir de las tierras altas…“Están confluyendo en los Tres valles integrantes de castas supremas, de civilizaciones... legendarias. Y lo hacen ahora... ¿comprendes?, como si hubieran venido para algo”.
El mundo conocido sufre una decadencia irreversible. La tierra de nuestros padres, tal vez el universo entero, se adentra en la Cuarta Edad
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*En este último enlace podréis leer un adelanto editorial.
ISBN: 9788415156109
Páginas: 552
"Muchas calamidades habían azotado las tierras altas a lo largo de su historia, tantas que ya no cabían en la memoria humana. Entre todas ellas, el duro invierno que se marchaba no era más que una anécdota. Pasados de quince días sin nevadas, comenzaba un tímido deshielo bajo cuya influencia bajaban torrentes de las montañas para llenar los valles de los hombres con pantanos de aguas frías.
En cuanto el paso de Pkenan se hizo practicable, apareció en Aeawar el primer correo, ordenando a la kkawla el regreso a la capital, con el mandato de custodiar los esponsales de Rija Ikkikma, princesa heredera de Kreva.
La kkawla era la milicia que el príncipe soberano desplegaba en provincias para defender a sus habitantes y, sobre todo, asegurar la recaudación de las tasas reales. Había permanecido acuartelada todo el invierno y no eran necesarias medidas especiales para preparar su marcha. A los tres días de recibir la consigna, los trece batallones asignados al valle de Nazarahrht formaban dispuestos para la partida.
Aunque, por expreso deseo del gobernador, todo había sido organizado con entera reserva, nadie logró evitar que la noticia acabara filtrándose a la población. Las gentes de Aeawar no entendieron la llamada de las tropas justo cuando eran más necesarias. Extrañas cosas habían sucedido en los últimos tiempos, y era sensación general que los percances se incrementarían en cuanto remitieran las copiosas nevadas del invierno glacial. Con las temperaturas suaves de la primavera, los wuk despertaban hambrientos y, como los deshielos, abandonaban las cumbres para buscar alimento en los valles poblados. Tampoco se demoraría la primera oleada de peregrinos de las regiones de oriente, que huían de las plagas que asolaban los confines del mundo conocido, bautizado como Wurm kka Ezyack por los sabios de las eras antiguas. Generaciones de emigrantes habían traído consigo las enfermedades que creían dejar atrás, y ahora la peste gris, cuyo nombre en xqoqeuo, wfjaoj woxqa, era uno de los pocos vocablos perteneciente a una lengua misteriosa que había sido importado al lhygla de los humanos, extendía su manto sombrío desde la remota y casi desierta ciudad de Nerapr, hasta la archiconocida Gran Puerta de Kreva.
Pero lo que más atemorizaba a la gente común no eran las alimañas, ni las infecciones, sino la proliferación de extrañas criaturas del subsuelo, que ya eran conocidas en épocas pretéritas, pero que en los últimos años venían apareciendo con mayor frecuencia. Algunos las confundían con simples bestias dañinas y era costumbre organizar partidas de caza cuando se las veía merodear cerca de las aldeas. Para otros, eran verdaderos monstruos de la naturaleza y cuando se referían a ellos solían utilizar la palabra en xqoqeuo con la que se nombraban a sí mismos: kzij. Eran pocos los que podían decir, sin faltar a la verdad, que habían visto uno de ellos, o que sustentaran con pruebas los grandes estragos que se les atribuían: homicidios, secuestros, ataques a rebaños, incendios de granjas… La realidad era que los kzij acostumbraban a encontrar su alimento bajo tierra, y el fuego, la claridad del día, o cualquier luz intensa, no eran de su agrado. Por otra parte, era cierto que desde hacía un tiempo aparentaban haber cogido gusto por la superficie, o quizá habían aprendido a organizarse, y empezaba a ser habitual verlos merodear en grupo por los caminos. Aunque se movían con torpeza a la luz del sol, eran difíciles de atrapar. Nunca se alejaban demasiado de las masas boscosas y aprovechaban a la perfección la infinidad de agujeros del subsuelo, minado como una caries por gigantescas riadas subterráneas, para desaparecer con rapidez ante la menor amenaza......"
Lo tengo en casita, y en muy poquito lo comenzaré.Tiene una pinta genial! espero pasar muy buen rato con él.
ResponderEliminarBuena semana!!
Pues no lo conocía.
ResponderEliminarGracias por la info, la verdad es que pinta bastante bien.
Besotes ^^
Lo leere.
ResponderEliminarNo es mucho de mi estilo, pero parece que esta genial, así que le daré una oportunidad cuando lo vea en la librería :)
ResponderEliminarbesos!!!
Pues no lo conocía, y tiene buena pinta. Me lo apunto, aunque voy a tardar en ponerme con él, que tengo una lista muy llenita de libros.
ResponderEliminarBesotes!!!
Wuau! No conocía este libro y tiene una pintaza increible. Tomo buena nota. Gracias por tu magnifica reseña. ^__^
ResponderEliminarUn abrazo mágico y un beso de hada.